Friday, February 8, 2008

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Tuesday, February 5, 2008

Los emails en cadena



Hoy es el Super Tuesday. Toda la atención del país (excepto aquí en NY, donde todos estaban pendientes de la gran marcha victoriosa de los Giants por el Cañon de los Héroes) está volcada en las elecciones primarias que decidirán qué candidato será el elegido en cada partido para luchar por la presidencia del país.

Aunque hoy se dirime la suerte de los repúblicanos y los demócaratas, parece que todos los ojos apuntarán al resultado de las primarias demócratas. Hillary Clinton y Barack Obama luchan por convertirse en los primeros "bichos raros" en disputarse el sillón presidencial. Hillary, la primera mujer, y Barack, el primer negro, no cumplen con el esteriotipo de presidente de los Estados Unidos, aunque si con las reglas básicas del "juego". Mirando un poco más en profundidad, John F. Kennedy tampoco cumplía con el estereotipo (era católico) y muchos consideran su corta, pero intensa, presidencia la mejor de la historia del país; mientras George W. Bush, que cumplía con el esteriotipo al pie de la letra, ... bueno, ya me entienden! (¡nu-cu-lar!)

Ahora, sin embargo, resulta que el Señor Obama no sólo tiene que cargar con el "estigma" de ser negro, si no que también se han inventado que es MUSULMÁN.

Buff, da miedo simplemente decirlo.

Las palabras musulmán, islam, korán, Mahoma, etc. han pasado a formar parte de la larga lista negra del léxico tabuizado de los estadounidenses (en los 60 y 70, comunista, che guevara, revolución, camarada, etc. también entraron en la lista para nunca salir) y será muy difícil extirparlas de dicha relación algún día.

La historia cuenta que Barack Hussein (¡es que tiene tela!) Obama nació en Hawaii de padre keniano musulmán y de madre wichitense (de Kansas, vamos) atea. Sin embargo, la pareja interracial se separó cuando el joven BH tenía sólo dos años. La ex señora Obama contrajo entonces matrimonio con un señor indonesio, por el cual BH y su mamá se mudaron a Jakarta. Barack vivió en el sureste asiático de los seis a los diez años, para luego regresar a Estados Unidos a vivir con sus abuelos maternos (blancos como la leche, según palabras del propio Obama en sus memorias "Dreams from my father"). Hasta ahí todo bien —aunque cabe resaltar que hay datos que comprueban que Obama fue bautizado bajo la fe cristiana sólo un par de meses después de nacer.

Sin embargo, alguién ha decidido hacer campaña contra la figura de Obama y (¡oh no!) mencionar que es musulmán. De repente, la población está aterrorizada: ¿Y si esté es el gran plan de Al Qaeda para destrozar el país? Hmmm... implantar a uno de los suyos en la presidencia del país. ¡Cómo no se nos ocurrió antes!

BH ha tenido que salir rápidamente a desmentir que es musulmán. Pero, ¿en que país vivimos? La constitución de los Estados Unidos deja bien claro que no se puede descriminar a una persona por su afinidad religiosa, tendencia sexual o género, sin embargo, cuando un email en cadena nos informa, antes que CNN o FOX News, que un candidato presidencial es MUSULMÁN todos nos aterrorizamos. ¿Y qué si fuera musulmán? ¿Quién decide que no puede ser presidente del país un musulmán nacido en territorio americano y que tenga más de 45 años? ¡Ah!Verdad, nosotros, los votantes... los mismos que reelegimos a George Bush en 2004 después de cuatro años que echaron por tierra la boyante economía que heredamos de Bill Clinton (otro proscrito: era conocido por un diminutivo y no por su nombre de pila y, además, le puso los cuernos a la mujer más frígida del mundo. ¡Cómo se atreve!) y de inmiscuirnos en una guerra sin sentido en busca de unas armas peligrosísimas que nunca se encontraron, o que nunca existieron. Si, la culpa la tenemos nosotros. Nos deberían quitar el derecho al voto. Al fin y al cabo, ¿cómo podemos siquiera concebir a un MUSULMÁN (¡ahh!) como un candidato a la presidencia de la primera potencia del mundo?

Pero lo peor es que este miedo generalizado, que ha pesado tanto que el propio Obama ha tenido que desmentirlo, ha cundido a partir de un email enviado, seguramente, por uno de esos spammers que te ofrecen viagra a precio de Tylenol, o unas vacaciones en Aruba con transporte en jet privado, o el 30% de la herencia de un señor que murió sin descendencia en algún rincón de Somalia o que, como mínimo, te hace un conjuro de siete años de mala suerte si no reenvías su maldito powerpoint con fotos de unicórnios, cataratas y mensajes de auto ayuda. ¡Impresionante!

Mejor me voy a pasar la noche viendo la grabación del paseo de los Giants por el Cañon de los Héroes. Sólo espero que al abrir mi email no me encuentre con la triste noticia de que Eli Manning también es musulmán. ¡Que gran pérdida para la humanidad!

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